Recuerdas los tiempos en que, viejo amigo, ardía en tu boca la azul madrugada.
Borracha, Afrodita reía y brindaba contigo dejando el olor de otro cuerpo en tu cama.
¿Dónde encallaron esos días? ¿En qué luminosas playas?
Huyendo de ti y de la aurora, escapaste buscando en mil bares el abracadabra
que detiene el tiempo, pero regresaste y te encontraste a ti mismo esperándote en casa.
Y el alba sincericida trajo su rutina y su ancla.
El amor es la piedra que Sísifo empuja.
El mundo el cascabel de un gato asustado.
Nadie nos avisó que amar es doler, que crecer es aprender que para regresar,
y para casi todo, es tarde, y aquello que no fue nuestro más leal amante.
Así que brindemos ahora viejo amigo:
que acabe este otoño y resuelva el misterio del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos.
De la noche aprendimos viejos sortilegios que ayudan a conjurar al reloj y sus espectros.
Sísifo abandona hoy su piedra en la cima y el gato se duerme esta noche en tus brazos.
Quizás tengan razón y amar es doler pero quién diablos quiere regresar
si lo que cuenta es aprender que no está perdido aquello que no fue,
que no está perdido aquello que no fue.
2 comentarios:
lindo lindo, saludos como siempre.
Gracias AQB
Todo es lindo si logramos verlo profundamente.
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